Una linda mariquita
paseaba lentamente,
sin saber que le esperaba,
¡pobre
inocente!
Caminó por una rama
muy desanimada,
apenas advirtió, que
estaba desmayada.
La linda mariquita
buscaba alimento
y no lo hallaba
en ningún momento.
Encontró en la rama,
una hoja ajada
por el frío invierno
y el viento, dañada.
La linda Mariquita
en vez de devorarla,
la miró tiernamente,
sin llegar a probarla.
Cobijándose en ella
ofreciendo su aliento,
encontró en la rama,
buen alojamiento.
Dándole calor a
la rama desnuda
Halló su morada,
tenaz y sesuda.
La linda mariquita
permaneció allí.
Y en la primavera,
logró ser feliz.
Kety Morales Argudo
2013